Artículo publicado originalmente en Industria del Tenis - May 2024
Freddy Santos es director de Nuevo Tenis Cuenca y del Campamento de Verano Elianers, uno de los campus decanos en España.
Estás plácidamente tumbado en la hierba, en una tarde soleada de últimos de junio. Las nubes pasan encima de ti y una ligera brisa te desordena el pelo y serena tus pensamientos.
Pequeños paraísos que amamos …. Muchos de los que me leen aman una pista de tenis así más que cualquier otra cosa, el tacto de la red, el olor de las bolas nuevas y el sonido de un golpe seco y en zona dulce con las cuerdas. Muchos aman la competencia, los torneos y el tenis. A ellos les dirijo este escrito.
En el paraíso siempre hay mosquitos, arañas, vientos molestos, te puedes incluso sentar sobre un hormiguero. Pero sigue siendo el paraíso y solo exige de ti que gestiones y utilices herramientas adecuadas contra esas pequeñas molestias que alteran tu idealizada visualización de lo que quieres que ocurra cuando compites.
En la pista y en los partidos la situación nunca es como la has soñado, imaginado o anhelado. La bola bota rara, la línea resbala más de lo debido, hay un incómodo montículo o la pista está demasiado seca. La rival juega raro., sopla el viento cuando no debe y tus siempre soñadas sensaciones de golpeo se van al garete rápido en cuanto la realidad se impone.
No importa. No grites, no dejes que esas pequeñas molestias interrumpan, interfieran o enturbien lo que sabes hacer. Siente, pero surfea tus emociones y no dejes que te arrastren como olas bravías. Al lado de la campiña donde estás jugando hay un tigre, dormido, un coco, es tuyo, pero no debes despertarlo o prestarlo atención …. Si te dejas impulsar descontroladamente por las emociones y lo despiertas va a salir a comerte y entonces todo lo demás se va a ir al traste. El resto del partido solo lo podrás emplear en huir del tigre, de tu coco, que se va a apoderar de cualquier cosa que le dejes: Tu revés, tu respiración, tu juego de pies, tu disfrute.
Te va a amargar la fiesta. No despiertes al tigre. No le prestes atención. Lo que no está en tu atención no existe. Hazme caso. Solo mira tus cuerdas, solo date palmadas en los muslos, solo déjate llevar por aquello que mejor sabes hacer y no permitas que un mosquito te haga perder los nervios y despierte a un tigre.